«Tábano, mosca y método: Un viaje Filosófico»

Sócrates decía que su función en la sociedad era la misma que la de un tábano. Los tábanos son esas moscas molestas, un poco más lentas que las típicas, pero que pican. Su función era molestar, despertar a la sociedad que como un caballo cansado, se movía muy lentamente y corría el riesgo de dormirse si no lo aguijoneaba cada tanto un filósofo. El filósofo molesta porque muestra que lo creemos saber, no lo sabemos. Por eso Sócrates decía que sólo sabía que no sabía nada pero, al menos al…

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Amor líquido: Zygmunt Bauman

«La naturaleza del amor implica —tal como lo observó Lucano dos milenios atrás y lo repitió Francis Bacon muchos siglos más tarde— ser un rehén del destino En el Simposio de Platón, Diótima de Mantinea le señaló a Sócrates, con el asentimiento absoluto de este, que «el amor no se dirige a lo bello, como crees», «sino a concebir y nacer en lo bello». Amar es desear «concebir y procrear», y por eso el amante «busca y se esfuerza por encontrar la cosa bella en la cual pueda concebir». En…

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Sencilla Grandeza: Oda a la gente simple

Me gusta la gente simple aunque yo soy complicado la gente de casa pobre y corazón millonario La que todavía suda, la que se rompe las manos, la que se juega la vida por el pan de sus hermanos Me gusta la gente simple que al vino le llama vino, la que al pan le llama pan y enemigo al enemigo La que se da por entero y no tiene intermediarios la que comparte conmigo el respeto a los milagros Me gusta la gente simple, que se levanta temprano, porque…

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El poema más hermoso de Amado Nervo: ¡En Paz!

Muy cerca de mi ocaso, yo te bendigo, vida, porque nunca me diste ni esperanza fallida, ni trabajos injustos, ni pena inmerecida. Porque veo al final de mi rudo camino que yo fui el arquitecto de mi propio destino. Que si extraje las mieles o la hiel de las cosas, fue porque en ellas puse hiel o mieles sabrosas: cuando planté rosales, coseché siempre rosas. Cierto, a mis lozanías va a seguir el invierno: ¡mas tú no me dijiste que mayo fuese eterno! Hallé sin duda largas las noches de…

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EL VIOLÍN DE PAGANINI

Hubo un gran violinista llamado Paganini. Algunos decían que era una persona extraña. Otros, que había en él algo sobrenatural. Las notas mágicas que salían de su violín tenían un sonido diferente, y por eso nadie quería perder la oportunidad de verlo tocar. Una noche, el escenario estaba repleto de admiradores preparados para recibirlo. La orquesta entró y fue aplaudida. El director entró y recibió una gran ovación. Pero cuando la figura de Paganini surgió, triunfante, el público deliró. El violinista se puso el instrumento en el hombro, y lo…

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