En una carrera, Abel Mutai estaba a solo unos metros de la línea de meta, cuando se confundió con la señalización, pensando que ya había completado la carrera. El español, Iván Fernandez, estaba justo detrás de él y, al ver la situación, comenzó a gritar para que el keniano estuviera alerta, pero Mutai no entendió lo que decía su colega. El español luego lo empujó hacia la victoria.
Un periodista le preguntó a Iván: «¿Por qué hiciste eso?»
Iván respondió con otra pregunta: «- ¿Qué es eso?» No entendió la pregunta.
Mi sueño es que algún día podamos tener una especie de vida comunitaria, en la que la pregunta que hace el periodista ni siquiera se entienda, porque no creía que hubiera nada más que preguntar que lo que hizo.
Vea el resto de la entrevista:
«- ¿Por qué dejaste ganar a Kenia?»
«- No lo dejé ganar, iba a ganar».
«- ¡Pero podrías haber ganado!»
«- Pero, ¿cuál sería el mérito de mi victoria? ¿Cuál sería el honor de esa medalla? ¿Qué pensaría mi madre de eso?»
El honor, la ética y la vergüenza en la cara son principios transmitidos de generación en generación.
¡No dejes que esos principios se pierdan!