No seas como la reina de Saba

Se dice que la reina de Saba era una mujer extraordinaria, con poder, belleza, riqueza y estaba rodeada de amor, pero no era feliz. Todos conocemos personas con esa característica, que tienen muchas cosas buenas en su haber, pero son infelices.

Hay un cuento popular en Europa que narra algo sucedido en un tiempo previo a la existencia de la humanidad.

Se reunieron varios duendes que buscaban, ante la inminenia de la creación de los hombres, alguna fórmula para que no los desplazaran -a los duendes- de su privilegiado lugar.

Comenzaron las propuestas a la siguiente pregunta:

‘Debemos quitarles algo, pero, ¿Qué les quitamos?’
Pronto apareció la primera propuesta:

_ ‘Propongo que les quitemos la felicidad, solo debemos resolver el problema de dónde esconderla para que no la puedan encontrar’, dijo un duende experimentado.

La propuesta del segundo duende fue:

‘Vamos a esconderla en la cima del monte más alto del mundo’.

Y la respuesta no tardó: _ ‘No, recuerda que tendrán fuerza, alguna vez alguien puede subir y encontrarla, y todos sabrán donde está’.

Luego otro duende propuso:
‘Entonces vamos a esconderla en el fondo del mar’

Y la respuesta fue:
_ ‘No, recuerda que tendrán curiosidad, alguna vez construirán algún aparato para poder bajar al fondo del mar y entonces la encontrarán’

Uno más dijo:
‘Escondámosla en un planeta lejano a la tierra’.

Pero le dijeron:

_‘No, recuerda que tendrán inteligencia, y no faltará quien construya una
nave para viajar a otros planetas, la descubrirá, y entonces todos tendrán felicidad’.

El último de ellos era un duende viejo que había permanecido en silencio
escuchando atentamente cada una de las propuestas de los demás duendes.

Analizó cada una de ellas y entonces dijo:
‘Creo saber dónde ponerla para que realmente nunca la encuentren’.

Todos voltearon asombrados y preguntaron al unísono:
_’¿Dónde?’

El duende respondió:

_ ‘La esconderemos dentro de ellos mismos, así estarán tan ocupados
buscándola fuera, que nunca la encontrarán’.

Todos estuvieron de acuerdo y desde entonces la humanidad se pasa la vida buscando la felicidad sin saber que la trae consigo.

Desde siempre han existido personas que, como la reina de Saba, tienen prendas personales y valores espirituales muy superiores a los necesarios para vivir, incluyendo amor, que no siempre aprecian en su justa dimensión, y no son felices.

Le recomiendo a usted que haga un balance entre sus activos y pasivos, es decir entre todo lo bueno y todo lo que considere malo en su vida, y verá que lo bueno es muy superior. Es más, me atrevo a decirle que usted tiene mucho amor pero no siempre lo pondera adecuadamente.
Combata usted el síndrome de la reina de Saba.

Cuento difundido por Richard Dawkins, divulgador científico keniano – británico

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