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Mi reseña de El hombre en busca de sentido – Viktor Frankl

En los años 40 del siglo pasado, en pleno apogeo de los campos de concentración nazis o el holocausto, Viktor Frankl era un profesional prestigioso de la neurología y psiquiatría (austriaco de origen judío) que residía en Viena, quien tuvo la oportunidad de ¨huir¨ o emigrar fuera de Europa, pero por razones que el escritor relata, terminó siendo apresado en un campo de concentración nazi.

El autor narra desde una perspectiva psico-analítica la vida, o más bien, las atrocidades vividas, dentro de los campos de concentración; me tomaría escribir otro libro para relatar todas las vivencias inhumanas que el autor relata, si han leído acerca del holocausto, su experiencia no fue más agradable que las del resto de personas, tanto víctimas mortales como supervivientes.

Considero que no hay palabras que resuman el sufrimiento de los prisioneros durante el holocausto, pero si pudiera estar cerca de sintetizarlo diría que: pasaron hambre al punto de morir de ella, no solo eran sometidos a diario a una posible muerte ya fuera causada por los guardias, las cámaras de gas, las epidemias, plagas, el frío extremo combinado con la terrible vestimenta proveída, o más bien, la falta de la misma, también eran sometidos a realizar trabajos forzados, extremadamente duros, muchas veces letales, y desde el punto de vista del autor, experimentaban la total perdida de dignidad humana, al punto de quedar solamente con la existencia misma.

A mi parecer, a partir de la fase de la liberación, la lectura se vuelve más compleja, se debe contar con mucha comprensión lectora, bajar el ritmo y diría que facilitaría la lectura el poseer conocimientos básicos de la psicohigiene.

Viktor Frankl estudia y relata los rasgos comunes entre los supervivientes del holocausto, sometidos a tanto dolor y sufrimiento, el común denominador de la muerte era perder el sentido de la vida, este podría estar relacionado con una persona amada, un proyecto a futuro o un propósito claro del porqué vivir.
A partir de esta fase (post-liberación) se comienza a hablar de la logoterapia, una corriente psicoterapéutica cuyo padre o creador es Viktor Frank; la logoterapia se enfoca en ayudar a las personas a encontrar un propósito o sentido de la vida, incluso en medio del sufrimiento o dificultades. Desde mi perspectiva, siendo una mujer que ha asistido a terapia desde muy joven, admiré mucho esta manera diferente de terapia, puesto que estoy acostumbrada a recibir la mía ahondando en mi pasado, ya saben, para identificar patrones, sanar heridas y/o traumas, etc., nunca antes me había planteado un modo de terapia basado en un posible futuro, en el sentido de mi vida.

Rescato mi frase favorita del libro, donde el autor cita a Nietzsche: ¨quien tiene un porqué para vivir, puede soportar casi cualquier cómo¨

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