«Mis amigos son todos así: Mitad locura, otra mitad santidad. No los escojo por la piel sino por la pupila, que ha de tener un brillo cuestionador y una tonalidad inquietante. Escojo a mis amigos por la cara lavada y el alma expuesta. No quiero sólo el hombro o el regazo, quiero también su mayor alegría. El amigo que no sabe reír conmigo, no sabe sufrir conmigo. Mis amigos son todos así: Mitad bromas, mitad seriedad. No quiero risas previsibles, ni llantos piadosos. Quiero amigos serios de esos que hacen…
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De la periodista y escritora asturiana Ángeles Caso En este momento de mi vida, no quiero casi nada. Tan sólo la ternura de mi amor y la gloriosa compañía de mis amigos. Unas cuantas carcajadas y unas palabras de cariño antes de irme a la cama. El recuerdo dulce de mis muertos. Un par de árboles al otro lado de los cristales y un pedazo de cielo al que se asomen la luz y la noche. El mejor verso del mundo y la más hermosa de las músicas. Por lo…
Leer másAceptando los compromisos
Un guerrero de la luz es confiable. Comete algunos errores, a veces se cree más importante de lo que realmente es. Pero no miente. Cuando se reúne alrededor de la hoguera, conversa con sus compañeros y compañeras. Sabe que las palabras que salen de su boca quedan guardadas en la memoria del Universo, como un testimonio de lo que piensa. Y el guerrero reflexiona «¿por qué hablo tanto, si muchas veces no soy capaz de hacer todo lo que digo? Esta es una reflexión importante. El corazón responde: «cuando defiendes…
Leer másEndiablado juego -¿juego?- el golf
El golfista le dice a su compañero. -Este hoyo es de 170 yardas, y tengo viento a favor. -Si –replica el otro-, pero lo pendejo en contra. Cualquier golfista sabe que no hay sabiduría que alcance a dominar ese terrible juego –si al golf se le puede llamar juego- en el cual el jugador no tiene a quién echarle la culpa de sus yerros, pues a final de cuentas juega solo, y contra él mismo. Los demás deportes sirven para forjar el carácter de los hombres. El golf sirve para…
Leer másHace 157 años, Víctor Hugo terminó su obra magna, «Los miserables»
Victor Hugo falleció en París el 22 de mayo de 1885 a la edad de 83 años, cuando todavía se encontraba pleno en sus facultades. Sus opiniones, a la vez morales y políticas, y su obra excepcional, le convirtieron en un personaje emblemático al que la Tercera República honró con un funeral de Estado, celebrado el 1 de junio y al que asistieron más de dos millones de personas, y con la inhumación de sus restos en el Panteón de París. Este poema fue escrito por Víctor Hugo. » TE…
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