Los hijos se van; hay que aceptarlos con esa condición, hay que criarlos con esa idea, hay que asumir esa realidad. No es que se van; es que la vida se los lleva. Ya no eres su centro. Ya no eres la autoridad. No diriges, aceptas. No mandas, acompañas. No proyectas, respetas. Ya necesitan otro amor, otro nido y otras perspectivas. Ya les crecieron alas y quieren volar. Ya les crecieron las raíces y maduraron por dentro. Ya no les caben las raíces en tu maceta, ni les basta tu…
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